Una película que estimula plenamente los sentidos y las emociones, logrando conectar de manera profunda con el espectador; algo que muchas otras películas desearían alcanzar.
Demuestra lo que mejor sabe hacer el guionista y director Levinson: evocar las imágenes, los olores y la atmósfera de su juventud con inteligencia, humor y un agudo sentido de la perspectiva social.
El propósito principal de una comedia es hacer reír. Si logra provocar risas, podemos decir que ha cumplido su función. Por lo tanto, no vamos a considerar que esta obra será analizada en clases de cine.
Reilly y Luna tienen una conexión muy interesante. Reilly, reconocido por su destacado trabajo en el cine independiente, presenta un personaje que muestra un cansancio del mundo que lo rodea, resultando ser tanto manipulador como encantador de una manera astuta.
La narrativa se desarrolla de forma tan pausada y predecible que no requiere dedicarle demasiado tiempo, ya sea en la sala de cine o en la comodidad de tu hogar al ver el video.