Kiran y su familia son verdaderos héroes, aunque esta no es solo una historia de heroísmo. La película revela las incomodas y limitadas opciones que enfrentan los sobrevivientes en su búsqueda de justicia.
Consigue mucho con muy poco: su montaje, no lineal, y sus astutos silencios invitan a que hagamos nuestras interpretaciones. Ford nos empuja, si no a las respuestas definitivas, a las preguntas correctas.
King está magnética, clavando el acento de Chisholm y su férrea personalidad. Pero tiene poco que hacer aparte de intercambiar bromas con los demás personajes, en un drama que se conforma con contar en lugar de mostrar.
Dussollier ofrece una actuación excepcional, oscilando entre la desesperación y el orgullo. Sin embargo, la película posee una calidad contenida que frena las emociones, transformando los conflictos en simples intercambios superficiales.