Un fiasco que resulta mareante. Hay un exceso de gore, y si bien puede provocar náuseas, no es únicamente por los horrores retratados, sino por el constante movimiento de la cámara.
Hay momentos divertidos que surgen de los intentos del escritor por moldear a su personaje, lo cual realiza reescribiendo la trama a su modo. Sin embargo, este recurso no resulta efectivo en todo momento.
Este film es el equivalente actual de los policiales setentistas de Sidney Lumet que, sin descuidar los engranajes del género, enfatizaban la irónica descripción social y la corrosiva sátira política.
Es un policial negro que captura la esencia de los clásicos héroes solitarios de las road movies de los 70. Se presenta como una pequeña obra maestra que evoca el estilo de grandes directores del film noir de la clase B.
El guión presenta algunas soluciones simplistas hacia el desenlace, lo que no contribuye al equilibrio de un filme que ha recibido múltiples premios y nominaciones al Oscar. A pesar de sus méritos, resulta difícil determinar a quién podría recomendarse.
La historia es demasiado pequeña, y no tan interesante, aunque hay que reconocer que el desenlace es de lo más original y verosímil que se haya visto en la materia.
Éste es un film de imágenes y de proezas técnicas y estéticas que se destacan entre lo más audaz en la carrera de un cineasta ya de por sí muy poco convencional.
Algunos gags y personajes secundarios logran ser divertidos, lo que genera risas en momentos puntuales. Además, los escenarios de Marsella y la variada banda sonora, impregnada de hip hop y pop francés, contribuyen a la experiencia.
Mungiu, director de "4 meses, 3 semanas y 2 días", continúa su estilo característico de planos prolongados, una expresión sutil y la falta de música. Sin embargo, logra entrelazar las situaciones de tal manera que mantiene el suspenso a lo largo de la película.
Tiene buenos chistes y barbaridades de todo tipo y calibre como para entretener tanto al publico que se identifique con los juerguistas como con los padres semirresponsables.
A pesar de este desequilibrio que hace que la película parezca un poco más larga de lo necesario, hay buenas actuaciones secundarias y gags y diálogos divertidos como para pasar el rato amablemente.
La película incluye chistes audaces, tanto en el ámbito sexual como en el escatológico, además de ciertos momentos de incorrección política. Sin embargo, es una pena que tardan en hacerse presentes, ya que su llegada resulta ser lo más destacado del film.