Los aficionados al género podrían sentirse algo frustrados al inicio, pero la película resulta ser bastante aceptable y presenta incluso algunos elementos gore únicos.
La trama podría no ser su punto fuerte, pero eso no es lo más preocupante. El verdadero inconveniente radica en la indecisión del director, que vacila entre una comedia de acción convencional y una sátira de humor negro que pretende burlar ese mismo estilo.
El film presenta una trama intrigante llena de conflictos enigmáticos que resultan a veces difíciles de seguir. Su complejidad recuerda a las obras de ciencia ficción vanguardista de autores como Philip K. Dick y Stanislav Lem.
El argumento es sólido, especialmente en su desenlace que resulta coherente. 'Control Zeta' sin duda ocupa un lugar importante en la limitada ciencia ficción local, lo que posiciona a este director debutante como una promesa para el género.
El documental presenta un impresionante conjunto de material que se integra a la perfección con la dramatización y las entrevistas, utilizando un estilo híbrido y meticuloso que caracteriza al formato 'Mega Doc'.
Tarda bastante en despegar, pero cuando explota se redime por todas su fallas previas. El último acto es algo que ningún fan de la ciencia ficción querría perderse.
La trama, con un ligero guiño a Hitchcock, da inicio a una secuencia de eventos emocionantes y bastante divertidos, aunque no soportan un análisis profundo.
La película se mantiene firme, especialmente para aquellos que puedan soportar su desenlace humanista, que parece un poco fuera de lugar tras tanta violencia.
La música de estilo oscuro y más rockera que las bandas sonoras convencionales de terror contribuye a que esta versión de Caperucita sea una película original y digna de ser vista.
Aunque mejor que la entrega anterior, “Hitman” se siente más como un anuncio de sus elementos. Hanna Ware destaca como el personaje más humano y agradable de la película.
Bridges realiza una actuación excepcional, que por sí misma valida una película cuya idea es una reinterpretación bastante novedosa de "Un mundo feliz" de Aldous Huxley.
La película argentina dirigida por Christoph Behl carece de elementos de terror genuinos. Sin embargo, hay que reconocer que su ambicioso enfoque sobre zombies tiene momentos de buena dirección.