Está brillantemente estructurada y anclada en actuaciones sobresalientes. Aunque no se alimenta de la tragedia, la serie es un relato desgarrador de esa realidad que sigue ocurriendo y aterrando a todos.
Quizá el gran placer de 'Todo un hombre' radica simplemente en ver a la criatura que construye Jeff Daniels. Adaptar una novela de casi 800 páginas en seis episodios no es tarea sencilla. La miniserie sale airosa del desafío, pese a algunos pasajes donde languidece.