Un drama sobre la amistad que es algo convencional, pero que en su mayor parte es entretenido gracias a sus memorables actuaciones y a una capa de encanto tierno y nostálgico.
Una experiencia intensa y poderosa, pero a la que le cuesta encontrar el equilibrio entre su reflexión sobre los horrores de la guerra y su potencial como espectáculo cinematográfico.
Johns y Steadman cumplen con su papel. La ciudad de Londres se presenta de manera atractiva y las emociones transmitidas son tanto intensas como genuinas.
Binoche entrega una actuación profundamente angustiante, lo que se vuelve inquietante al observar a una ganadora del Oscar atravesar un sufrimiento tan intenso.
McGregor y Curran logran captar la atención del público con la profundidad de sus personajes. Sin embargo, algunos elementos de la trama son olvidables y los antagonistas, aunque cumplen con su papel de malvados, no logran impactar completamente.