El primer episodio de la sexta temporada de 'Line of Duty' retoma lo que la serie hace excelentemente. Su habilidad para no guiar al espectador es uno de los grandes secretos de su éxito.
El regreso a la Tierra Media se siente pausado y algo desorganizado, sin embargo, la presencia de una Galadriel habilidosa con la espada aporta dinamismo a la historia.
Es sorprendente que la ambientación contemporánea distancie el lenguaje de Shakespeare en lugar de hacerlo más cautivador. La obra resulta más efectiva en los momentos de silencio.
En esta primera entrega de la octava temporada no ocurre mucho en comparación con otros inicios. Aunque sigue siendo amena, ha perdido buena parte de su suspenso.