Cassel ofrece una interpretación superficialmente convincente del enfermo pintor. Su actuación resulta bastante monótona, al igual que la película, que se desarrolla a través de una sucesión de decepciones, conflictos y algo de pintura.
Un documental que se presenta de manera cruda y apremiante, centrándose en el auge de la escena musical de Nueva York tras la tragedia de las Torres Gemelas.
Este thriller, aunque algo cursi y sin relación con la serie de Jed Mercurio, logra ofrecer varias cosas entretenidas una vez que se deja atrás la decepción inicial.
Millar, en su arrogancia, evadió el tema de su expulsión por dopaje. Un documental que ignora este aspecto resulta superficial y carece de profundidad.
Lo que la eleva es la forma extravagante en que aborda un tema único y delicado: la idea de que Mastroianni está eclipsado por sus padres y les debe su éxito.
En una época en la que tendemos a criticar rápidamente el mal comportamiento, esta obra nos recuerda lo crucial que es indagar las razones detrás de las acciones de los demás.