Es un torrente de detalles y técnica cinematográfica. La película cristaliza la vida de Mekas en unas cuantas horas tan maravillosas como melancólicas.
Satisfactoriamente compleja y bellamente narrada, explora un enorme despliegue de tensiones culturales, racionales, económicas y familiares. También tiene personajes potentes, emociones profundas y una clara fuerza dramática.
Lo que redime a su acidez superficial son observaciones agudas, diálogos lacerantemente divertidos y algo que Dedee encuentra repugnante: un secreto corazón de oro.
Ambos actores realizan una interpretación tan sutil de sus personajes que la tensión va en aumento, llevando el horror a un nivel de gótico inimaginable.
Cuando la película se enfoca en ser entretenida, cumple su propósito. Sin embargo, su mensaje social es tan evidente que roza lo condescendiente y carece de originalidad.
La película presenta una sobreabundancia de información que puede resultar desconcertante, similar a la obra de Beckett. Sin embargo, logra brillar cuando se enfoca en las batallas, dejando de lado las reflexiones complejas sobre la inmortalidad.
La más reciente película de Hou Hsiao-hsien presenta un ritmo más acelerado en comparación con sus obras anteriores, aunque no logra alcanzar la profundidad ni la intensidad emocional que caracterizan a sus trabajos anteriores.