El factor miedo está de regreso. Esta es una secuela de Jurassic que juega con la adrenalina a pequeña y gran escala, y hará que los niños alucinen este verano —y quizá incluso que sus padres tengan pesadillas—.
Una opción para una primera cita o ir con tu hermano adolescente al cine y entretenerte. Te llevarás interesantes reflexiones, pero no como para repensarlas el resto del día.
Excelente película cuyo único pecado es que centra todo su potencial en la acción y la trama cuando tiene un ensamble tan poderoso que podría lucirse histriónicamente. Súper disfrutable.
Es una parada obligada del cine mexicano porque además de echar un vistazo a la historia reciente del país, y ser un filme de época bien armado, se trata de una obra que de forma atractiva nos engancha para mirar hacia la intimidad de una pareja madura.
Cargada con un guión que no logra que funcione el romance central y pocas ideas nuevas mientras están atrapados en el mar, hasta los mejores esfuerzos de su talentosa protagonista no puede mantener a esta pareja a flote.
Un drama funcional y ligero, que sigue la receta al pie de la letra y profundiza muy poco en el tema central. Un vehículo algo cursi, pero ideal para quienes buscan entretenimiento y reflexión sin complicaciones.
Una brillante y rústica aventura de acción, con una historia secundaria que compensa su ritmo excesivamente frenético con un carismático Alden Ehrenreich, lo suficientemente emocionante como para hacernos querer ver aún más Han y Chewie.
Un proyecto personal e íntimo del director y su protagonista, que logra ser atractivo para el público general por tratarse de una pieza bien estructurada cargada de emotividad.
Es una indispensable de la cinematografía. Un viaje alucinante y conmovedor, que se vuelve universal a través de lo extraordinario. La manufactura alcanza niveles de virtuosismo. Una joya de la animación y del cine en general.
Una profunda y esencial reflexión sobre el racismo y la desigualdad, expresada a través de las voces de quienes lo sufren en primera persona, aunque se queda en un análisis que no va más allá.
Messing y Cho presentan un papel que se aleja de los estereotipos que han marcado su carrera en el cine y la televisión. Es una producción innovadora que destaca en un panorama cinematográfico habitual.
Whannell presenta en su segundo filme una deliciosa propuesta dentro del género, con varias ideas interesantes y la dosis de emoción sangrienta que se esperaría de una combinación entre "Black Mirror" y David Cronenberg.