Lujosa, potente, rica y exageradamente larga. Otra escena, un asesinato prolongado y chapucero, vale por media película. Ese asesinato, ciertos rasgos de humor y la esfinge desasosegante de Tony Leung redimen una película imperfecta.
Mad men es de lo mejor que ha ocurrido en la televisión estos últimos años, y prueba que fuera de HBO también se producen series excelentes. En ciertos aspectos los guionistas tienen más mérito que 'Los Soprano' o 'The Wire', porque se trata de una historia simple, sin venganzas mafiosas ni persecuciones policiales.
El enésimo filme sobre Jesse James resulta engolado y ampuloso, con una duración excesiva. A pesar de su gran aparato visual, carece de sustancia. El espectador no logra empatizar con los personajes, quienes son demasiado superficiales para generar emociones.
Una historia débil que carece de sustancia, se siente como una obra insignificante y de poco impacto. Se podría describir como algo pequeño y casi irrelevante.