Acaba siendo una doble decepción. No funciona como comedia, no funciona como película de acción, y su reivindicación del subgénero del cine de atracos es, como poco, discutible.
Podría haber ahondado en una historia realmente sentida y llena de matices; en su lugar, desarrolla una aventura genérica con amenazas poco claras, soluciones vagas y resultados predecibles.
Si mantiene la calidad de sus primeros episodios, será una adición destacada a la impresionante colección de historias que los creadores japoneses han ofrecido al público.
Una más que digna ópera prima del director de fotografía que ayudó a dar vida a monstruos de la industria como 'Barbie', 'The Wolf of Wall Street' y 'Brokeback Mountain'.