Incluso con incursiones ocasionales en el surrealismo brillante, puede resumirse como prosaica: un proyecto hiperpreocupado por la respetabilidad y que nunca arriesga demasiado en imágenes o narrativa.
'The Twentieth Century' promete desviar el cine canadiense hacia un enfoque más audaz, logrando un equilibrio entre la autoironia y una ambición estética notable.
El clímax que nos invita a celebrar al productor que alcanza la aceptación de las corporaciones revela una obra maliciosa que recuerda a la ideología de las comedias reaganianas de los años ochenta.
Esta película parece haber sido creada por motivos similares a otras adaptaciones contemporáneas, guiadas más por un algoritmo que por la necesidad de ofrecer una narrativa original o valiosa.