Deslumbrante, oscura, alegre y conmovedora. Todos los actores están excelentes, pero el que realmente se destaca en esta intensa competencia es Gilgun, interpretando a Woody.
Mary Beard ofrece una perspectiva profunda sobre cómo los hombres han observado a las mujeres a lo largo de la historia en el contexto cultural. Por su parte, el viaje de Frankie Boyle por su tierra natal se presenta como una lección magistral de ironía y sutileza.
Es una mezcla de producción desorganizada y, en esencia, una historia sencilla sobre tres chicos. Es entretenida y agradable, pero ¿realmente era necesaria? Claramente, no.