A pesar de que su narrativa es predecible y la puesta en escena tiende a exagerar el juego de contrastes, la película logra funcionar como un drama carcelario, incorporando elementos del thriller.
La presencia de Sam Neill logra rescatar, en cierta medida, este melodrama deportivo que se siente excesivamente azucarado y cuyo argumento se basa en hechos reales.
Kristoffer Borgli destaca por su enfoque al no diferenciar entre lo real y lo onírico en su obra, aunque se siente faltante en su búsqueda por trascender ese 'glitch' del que se origina.
La convivencia y la necesidad de tolerancia son los ejes en los que el filme encuentra su apoyo más sincero y así evita caer en el cliché, un riesgo constante motivado por su tendencia hacia un tono naturalista.
El cineasta articula su relato aferrándose al esquema canónico del documental. Un relato que, por su propia trascendencia y emotividad, insufla un aliento que resulta imposible de ignorar, especialmente en torno a la poesía.
Dejando a un lado el aspecto formal, que naufraga en las aguas de lo televisivo, con el robo del cráneo del Papa Luna, es donde la película encuentra su razón de ser.
Esta obra se enfoca en construir un relato narrativo que respira poesía, explorando temas como el amor, el sexo y el deseo. Se presenta como un poema audiovisual que invita a la reflexión.
Un vehículo para destacar el talento de Susan Sarandon, Sam Neill, Kate Winslet y Mia Wasikowska. Más allá de eso, la película es efímera, desvaneciéndose rápidamente como el mirlo que inspira su título.
Apasionante filme. Una obra asentada sobre claros referentes visuales, desde Chris Marker hasta el surrealismo y las vanguardias, que se presenta de manera libre y con constantes puntos de fuga.
Retrato del fracaso del sueño americano a través del testimonio de tres luchadores. Una invitación a la resistencia y a la supervivencia del medio rural.
Una propuesta que destaca por su simplicidad. Es un drama intimista que reflexiona sobre el paso del tiempo, logrando aprovechar al máximo su enfoque creativo.
Esta obra encantará a los amantes de la música y a quienes disfrutan de sintetizadores y teclados con sonido potente. También atraerá a los que sienten nostalgia por la década de los ochenta, un grupo bastante amplio.