Como pocas veces antes, Wiseman se deja enamorar por la belleza de las imágenes. Más allá de su habitual filo, se queda en el adjetivo goce de ciertas superficies y procesos.
En Castellitto se destaca la fuerza vital y animal. Su enfoque se contrapone a la explosión y expansión que prevalece en su labor como director. Sus películas tienden a ser excesivas, desordenadas y salvajes.
La música se entrelaza con las imágenes, intensificando su efecto. El director, conocido por un corto que presentó hace un par de años en Locarno, ha sido alumno de Alexander Sokurov, lo cual es evidente en su trabajo.
Puiu intensifica su enfoque en 'Sieranevada' al situar la acción en un único escenario y un grupo de personajes. La historia prescinde de giros inesperados e intriga convencional, centrándose en la profundidad de los diálogos y la lucha verbal entre los protagonistas.
La urgencia del momento y el desagrado ante la realidad actual provocan que las referencias sean evidentes y unidimensionales, lo que hace que los elementos visuales y la fiesta gore se desluzcan en esta crítica.
Gran observación de costumbres y reconstrucción de coreografías familiares con un toque de humor en el que todos brillan, pero especialmente lo hacen Verónica Llinás y la genial Laila Maltz.
Una comedia con numerosos momentos divertidos. Los diálogos son sólidos y las actuaciones son destacables, mostrando amabilidad y consideración hacia el público.