Muchos críticos elogiarán a Coel por su valentía y disposición al abordar esta historia tan íntima. Es un drama mordaz e ingenioso que cautiva desde el principio.
El vestuario refuerza la incomodidad entre James y Alyssa, funcionando como una metáfora visual que ilustra lo cerca que están y lo diferentes que se han vuelto en estos dos años.
El primer capítulo es un deleite de principio a fin. Estoy impresionada por la habilidad de los creadores para condensar la novela de Seth en seis episodios concisos.
Encuentra terreno fértil en los efectos embriagadores del amor, pero algunos de sus intentos de invocar a la cultura millennial harán que la propia Emily Dickinson se revuelva en su tumba.
Este filme se presenta como un drama sólido y significativo, que logra captar la atención del espectador a través de su profundidad y temáticas relevantes.
Pese a ofrecer algunos efectos especiales un poco exagerados y un guion a ratos excesivo, la épica de Neil Gaiman rezuma ingenio, inteligencia y un reparto enviado por los cielos.