Un remake bien ejecutado de una película de samuráis de los años 60, muestra el potencial de Takashi como cineasta, aunque sería recomendable que moderara su ritmo.
La lección que imparte la delicada y desgarradora 'All Shall Be Well' es que hay que poner los asuntos en orden, sobre todo si uno no está oficialmente casado con su pareja.