El irresistible encanto estilístico de la película proviene de la habilidad de Lucas para referenciar diversas películas de acción con destreza y un toque de humor.
Debe tener el título menos pegadizo de la historia del cine y durante su primera y tediosa hora, este relato - curiosamente indeciso- de un acoso sexual sobrenatural se queda en una rutina conveniente y exasperante
Es tanto estúpida como aburrida; resulta demasiado fallida para soportar el escrutinio de los aficionados al terror, quienes terminarán decepcionados con esta obra.
Es interesante analizar cómo Kaufman se las ingenia para explotar y refinar los elementos tanto de la novela de Finney como de la original de Siegel para obtener un remake imaginativo, hábil y un tanto cohibido.
Lo que podría haberse convertido en una ingeniosa parábola sobre la batalla de los sexos acaba siendo una celebración bobalicona de una abominación obstétrica.
Los guionistas Timothy Harris y Herschel Weingrod no son capaces de actualizar este tipo de comedia de contrastes sociales que floreció en Hollywood durante los años 30.
No se puede negar la capacidad de Argento para crear sobresaltos, pero parece ser incapaz de elaborar un contexto dramático que les otorgue un sentido más creíble y discreto, más disfrutable.
Tiene su parte de líneas brillantes y momentos divertidos, pero si tienes algo más que expectativas insignificantes en esta farsa de inversión de roles, será difícil evitar sentirse defraudado.
Se desvanece al basarse demasiado en asociaciones de películas antiguas. Los extractos de películas antiguas son mucho más vívidos y evocadores que la atracción anfitriona.
Se podría pasar por alto la escasez del material si hubiera elementos irresistibles. Por desgracia, la dirección de Landis es tan pomposa e inepta que no existe tal posibilidad.