Tiene dos cosas que juegan a su favor: el estupendo guion de Howard Overman y uno de los repartos más interesantes y talentosos del panorama británico.
Hermosa, adorable y aterradora, esta película se presenta como una de las obras más vívidas y cautivadoras que he visto en el género de la historia natural.
Con unas pocas pinceladas hábiles y giros añadidos a la trama, Sarah Phelps y el director Julian Jarrold han transformado una historia sobre la turbiedad moral y la avaricia en algo de mucha mayor profundidad y resonancia contemporánea. También resulta un fantástico entretenimiento.
A pesar de que los segmentos con testimonios resultan fascinantes y singulares, 'Great War Diaries' carece de un aspecto fundamental: las emociones genuinas.
Lo que distingue a esta producción de las habituales adaptaciones televisivas de Dickens es la excepcional claridad que aporta Andrew Davies en su trabajo.