Tiene un estilo que no se deja influir por lo predecible; podrías anticipar ecos de Ingmar Bergman o Carl Dreyer, pero en cambio presenta una voz completamente original.
Jessica Rothe es una presencia atractiva. Pero la película está repleta de autoparodias gore poco graciosas, sentimentalismo medio sincero y ciencia ficción poco eficaz.
Definitivamente, no contribuye en nada que, tal como están escritos e interpretados, Tobias y Elin sean personajes tan superficiales y que su única definición sea su pérdida.
Está llena de personajes de cartón que sólo existen para introducir las ideas argumentales típicas. Si te quedas lo suficiente, lo irritante se vuelve inverosímil.
Su positividad inquebrantable se manifiesta con tal intensidad que los niños se verán atraídos por ella de inmediato. Todos los elementos aparentan haber sido elaborados y presentados de manera apresurada.
El argumento se narra con una gran naturalidad, y los personajes junto a la acción son vivaces y coloridos. Al final, su mensaje se asimila con facilidad, como si se tratara de un dulce.
Las escenas de acción parecen tener una iluminación y un estilo de grabación similares a los de 'The Adventures of Pete and Pete', un programa infantil. Me pregunto a quién va dirigida realmente la película.
La mayor preocupación de Sutton sobre sus víctimas imaginarias, y posiblemente sobre las reales del tiroteo de Aurora, es que no perciban sus tristes vidas reflejadas en una película de Tim Sutton.