Un logro artístico sorprendente. Es rica en detalles históricos y personajes, además de contar con muchas imágenes asombrosas. En general, aborda el material de manera reverente y comedida.
El público fiel de Raime podría sentirse decepcionado por la sobriedad y el tono melancólico de la obra; en cambio, otros quedan impresionados por su inconfundible fusión de caos y alegría.