Después de verla en acción en su terreno, la idea de ver a Hanna en un entorno urbano moderno resulta cautivadora y despierta el deseo de ver toda la temporada.
Estridente, ofensiva e hilarante. Es un viaje salvaje que desafía los límites del humor y la provocación. Esta película logra captar la atención desde el primer momento, ofreciendo una experiencia única que no dejará indiferente a nadie.
Todo parece ligeramente ridículo. Los interiores de Attilan se ven sosos, básicos y brutalistas, mientras que el diseño de vestuario y producción no resultan ni deslumbrantes ni valientes.