Con sus lentos zooms, sus cambios de enfoque y sus pasillos retorcidos, hace guiños confiados a 'The Shining' de Stanley Kubrick. Sin embargo, sus intentos de conmover resultan ser demasiado endebles.
Como un desesperado llamado de atención sobre el colonialismo, se destaca en mostrar cómo los intereses capitalistas aniquilan las sutilezas de la cultura.
Se ahoga en clichés de terror. A pesar de que hay una belleza elegíaca en las escenas de la piscina, el contenido que las acompaña resulta ser muy monótono y poco interesante.
Aunque puede parecer a veces muy cuidada, hay algo renovador en su enfoque directo. Su estilo despojado de adornos permite tratar los temas con una sinceridad que se valora.