Trumbo es antes que nada el símbolo de una tragedia, entre imagen e imagen además de oprobio y atropello, también se filtra fortaleza, heroicidad y entereza de carácter y pensamiento.
Hoy en día es inusual hallar una película que muestre un manejo dinámico de la cámara, que capte amplios exteriores o pequeños interiores, aprovechando la diversidad de planos que el cine ofrece.
Empieza bien el año fílmico con esta buena realización, ambientación de época, trabajo de cámara, puesta en escena y actuación, gran actuación. Un todo fílmico que se hace imprescindible de ver y disfrutar.
Un trabajo en el que, además de ofrecer acción, aventuras y suspenso, [Scott] demuestra su maestría en cada imagen. El espectador, sin necesidad de conocer al director, puede disfrutar de un notable esfuerzo cinematográfico que se basa en hechos reales.
Una película que no deja a nadie indiferente, que siempre dará de qué hablar y no sólo por sus cuatro bien ganados Oscar, sino antes que nada por la forma fílmica como se han tratado los especiales temas que se abordan.
El relato del drama es tan ajustado y efectivo que no permite una interpretación simplista de los personajes, evitando caer en la dicotomía entre el bien y el mal.