Una farsa romántica animada que carece de intensidad, pero logra mantener el interés gracias a las actuaciones encantadoras de un elenco talentoso, compuesto por hombres y, sobre todo, mujeres que aportan un toque humorístico.
Cumple con las demandas más oscuras de nuestra época para un reboot de una película de acción, con una eficiencia de máquina de precisión y con una pizca de alma.
Tremendo debut de Rose Glass, 'Saint Maud' es una obra que, a pesar de su envoltura de terror, mantiene una profunda reflexión y empatía en su narrativa.
No plantea preguntas innovadoras, pero su atmósfera sensual y significativa logra ofrecer respuestas frescas. La maestría de Bustamante en las texturas visuales y sonoras es simplemente cautivadora.
La creación más tierna hasta ahora del cineasta Nathan Silver. El ingenio agudo del director se mezcla en esta ocasión con una suavidad que se siente tanto innovadora como completamente orgánica en su filmografía.
Presenta un retrato correcto aunque controvertido de un hombre cuyos gestos de empatía y compasión hacia sus legiones de seguidores se ven socavados por un absurdo alejamiento de la realidad.
La nueva película de Audrey Diwan, a pesar de sus intentos, no logra ofrecer una perspectiva fresca sobre el deseo femenino ni rinde homenaje a la esencia que debería caracterizarla.
El hermoso y delicado debut de Garland en la dirección es una 'Frankenstein' de la era digital, rediseñada como una guerra de sexos, una pieza de cámara sobria y brillante.
El buen humor general de la película, sumado a las actuaciones de Gillian Anderson y Ben Kingsley, ayudan a mitigar los problemas de producción, aunque no logran salvarla por completo.
La tercera adaptación de Ron Howard de una novela de Dan Brown respeta tanto el texto como la esencia de la obra original, aunque eso no siempre se considera un aspecto positivo.
La película de Zwick supera la confusa primera entrega del 2012. Resulta ser una opción efectiva, con un enfoque accesible y sin pretensiones de ser más compleja de lo necesario.
Un gazpacho de géneros alegremente macabro, que reúne un emocionante sentido épico del Viejo Oeste con una sensiblidad cómica tan oscura como el tabaco de mascar.
Lo adorable reemplaza el verdadero encanto en esta adaptación. Puede entretener a los más jóvenes en Halloween, pero hay un notable margen para mejorar.
Esta comedia inteligente trata diversas crisis de la masculinidad contemporánea de una manera ligera y comprensiva, revelando más curiosidad que toxicidad en sus personajes cotidianos.