'The People v. O.J. Simpson' no es perfecta y puede que no soporte el escrutinio de los hechos que continúan rodeando su tema principal, pero está concebida de forma ambiciosa, es sorprendentemente responsable y casi infalible en su tono y ritmo.
Tiene la peor y más divertida premisa que los guionistas de sitcoms pueden concebir actualmente. Y hasta ahora, ha funcionado principalmente como un indicador de cancelación rápida.
El espléndido tratamiento de National Geographic supera con creces las adaptaciones anteriores de libros de O'Reilly, como 'Killing Lincoln' y 'Killing Kennedy'.
La serie es honesta sobre su estupidez y su ligero terror, es casi como si 'True Blood' tratara de concebir un bebé demonio con 'Bunheads'. Aunque no acaba de resultar del todo bien.
El episodio piloto complica las cosas en exceso. Las bromas son poco efectivas o brillan por su ausencia, y, lamentablemente, la química entre los dos hombres no se siente.
Ver la serie de Seinfeld, que cuenta con 72 episodios desde 2012, es tan sencillo como acabar un paquete de patatas fritas. Se agota antes de que te des cuenta de que ya no queda nada.
Una forma peculiar, aunque en momentos extraordinaria, de despedirse. La película presenta numerosas canciones y bailes; algunos resultan autoindulgentes y poco acertados, mientras que otros son vibrantes y gratificantes.
Una oportunidad perdida para crear una representación atractiva sobre el caótico calor de Florida. Es mejor en concepto que en ejecución, ya que la serie intenta imitar en exceso otros dramas criminales de la televisión.