Es una comedia edípica demasiado enamorada de su propio ingenio. Ari Aster abandona el art horror que dominó con 'Midsommar' y 'Hereditario', logrando resultados desparejos.
Es un ejemplo mayúsculo de cómo tomar los tropos del cine de género que nos resultan tan gratificantes y cargarlos de un sentido nuevo que nos lleva, también, a reflexionar sobre nuestra respuesta mecánica a ellos.
Álvarez insufla nueva vida a una saga con la pericia y el entusiasmo de un fan, juega con los elementos y las tramas de sus predecesoras, compactando todos sus elementos más atrapantes en un único film fiel a su legado.
El mayor obstáculo de la serie no está en el trazo grueso de sus analogías entre el siglo XVIII y cierto sentir actual, sino en la torpeza narrativa que hace que su desarrollo se vuelva previsible.
A pesar de explorar diversos clichés de su categoría, 'I Am Mother' se aleja de los recursos previsibles y, con un presupuesto ajustado, logra construir un universo propio que resulta convincente. Su solidez técnica y narrativa son, sin duda, sus principales virtudes.
A pesar de su compleja construcción, 'Cadáveres' no se convierte en el preciso mecanismo de relojería que aspira a ser, especialmente cuando comienza a retroceder.
Gout crea imágenes impactantes que, aunque en ocasiones reflejan el estilo del cómic, a menudo poseen su propia esencia. No obstante, estas imágenes no logran compensar la pesada lentitud que caracteriza la evolución de la trama.
Las combatientes selecciona un enfoque narrativo que se asemeja al culebrón, lo que debilita su intención de empoderamiento en las historias que presenta.
La puesta en escena resulta torpe y confusa, especialmente al mezclar presente y pasado. Su principal mérito radica en la significativa inversión económica en la producción, la cual se llevó a cabo principalmente en Cinecittà.
Un compendio de conceptos reutilizados que se mantiene dentro de los márgenes establecidos. A pesar de sus limitados efectos visuales y una narrativa superficial, la historia logra esquivar los típicos sustos del terror contemporáneo.
Oculta tras una constante autorreferencia, se evidencia su notable carencia de ideas y del ímpetu innovador que hicieron del filme original una de las obras más influyentes en el ámbito del cine contemporáneo.
El enfoque minimalista de este film contrasta con el maximalismo de 'Península' o 'The Walking Dead', ofreciendo una perspectiva más fresca y creativa que se adhiere mejor a la moderna mitología que nos presenta.
La riqueza de conceptos y el esmerado enfoque visual colocan a esta película a una gran distancia de aquellas que consideran el terror solo como sangre y sustos. Glass se muestra como un talento que merece ser seguido de cerca.
El fascinante y singular enfoque de la historia se desvanece rápidamente, dando paso a un drama más común centrado en la amistad entre dos hombres que comparten una obsesión.
La versión del director original del film de DC es una película muy distinta a la estrenada en 2017. Es melancólica y grandiosa, presentando un antagonista mucho más interesante en Darkseid.
Si bien no es la introducción ideal a la obra de Gibson, tiene el presupuesto y la habilidad técnica necesarios para crear un futuro fascinante. Aporta elementos novedosos que mantienen el interés y animan a continuar viendo.