Anclado por una virtuosa actuación de Teyana Taylor, el ambicioso debut de Rockwell captura la evolución de esta relación central frente a la estranguladora gentrificación de Nueva York.
El hecho de que este joven y perspicaz guionista-director sea tan sincero desde el punto de vista emocional no hace más que elevar el total de su humilde, encantador y agradable trabajo.
Fox ha reivindicado lo que significa estar afectado por un impedimento neurológico, permitiéndose ser vulnerable y dejando que la gente vea su verdadero yo. Su identidad nunca ha cambiado, aunque su cuerpo sí lo haya hecho.
Posee un estilo humorístico desordenado, con varios co-protagonistas carismáticos que saben improvisar, todo en un entorno surrealista que refleja la existencia de un individuo común. Las intenciones son claras y Johnson se encarga de satisfacer esas expectativas.