Con un buen reparto, un guion de primer nivel de Nick Hornby y una dirección firme de Lone Scherfig, el film supone una incorporación inteligente, emotiva y accesible al canon de las historias de iniciación.
Para el público dispuesto a dar un salto de fe y aceptar el tono inusual de la película, Game 6 debería ser una ganadora. Otros se preguntarán a qué viene tanto alboroto.
Un retrato de una persona brillante, compleja y muchas veces, difícil. La pasión de Kael sigue siendo inspiradora y actúa como una sacudida para los espectadores cansados, así como para los críticos.