Fox se muestra muy atractivo en este papel. Jett también brilla, enfrentándose con determinación en escenas de acción y musicales, logrando un giro emocional que coincide perfectamente con el desarrollo de la historia.
Tiene todo lo que podrías imaginar de una atracción de 'casa del terror'. Tiene ladrones, murciélagos, telarañas, esqueletos, un monstruo adorable, una gruta subterránea y un tesoro escondido por algunos de los piratas más amables que jamás hayan existido.
Michael Dinner y el guionista Charles Purpura muestran un gusto peculiar que se adapta bien a la época y al lugar. La forma en que retratan a los personajes infantiles y a los adultos, que podrían haber sido ellos mismos, resulta refrescante y singular.
Trata de abarcar tantas cosas que sus transiciones son bruscas, sus escenas a menudo no están desarrolladas y los motivos de sus personajes no son claros.
Un inusual film de aventuras de Hollywood que se vuelve cada vez más sorprendente y exótico a medida que avanza. Aunque al principio presenta un ritmo estático poco prometedor, rápidamente toma impulso y se llena de vitalidad.
Este material marca un antes y un después en la carrera de Eastwood, y deja patente que sus ambiciones como director han superado ampliamente a las que tenía como actor.