Parte de la razón por la que ha envejecido tan bien es que no pierde tiempo en desarrollar a sus personajes, el argumento o cualquier otro elemento que se aleje de su auténtico propósito: hacer que te mueras de miedo.
Una versión de parque de atracciones de P.T. Barnum está bien, pero si quieres crear diversión para familias, necesitas que la diversión dé en el clavo.
El cómico reflexiona de manera sutil sobre lo que significa ser una figura pública musulmana y cómo la sociedad estadounidense reacciona ante la crisis en Oriente Medio.
Está destinada a aquellos que disfrutan de la comedia, incluso si están familiarizados con varias de sus narrativas. Se destaca más como un encuentro tras las cámaras con una pareja peculiar.