Una película que evoca una atmósfera de cine negro con gran cuidado, manteniendo la acción mediante diálogos excepcionalmente elaborados. Sin duda, uno de los papeles más destacados del actor.
Una película que carece completamente del carisma desbordante de su predecesora. No se necesitaba arruinar el legado del padre Karras con este filme insípido y convencional sobre exorcismos.
A Villeneuve le cuesta transmitir emoción en su regreso a Arrakis. Aunque el filme destaca en el aspecto técnico, el director no logra infundir suficiente corazón y humanidad a la narrativa.
El gran acierto de la directora es sin duda la contención del drama, algo bastante inusual en este tipo de proyectos, además de una narración en la que la imagen ofrece más claves que los diálogos.