Sin duda, la película más aterradora del año hasta ahora. Este thriller de asesinos en serie de Neon logra crear un ambiente hipnótico que atrapa al espectador.
Calcula tan mal ambos géneros que uno cuenta los minutos deseando que un ángel de la guarda salve a sus simpáticas estrellas de la película en la que están metidos.
La intensa y vibrante música de Jed Kurzel eleva la tensión, mientras que Adam Arkapaw, el director de fotografía, logra deslumbrantes imágenes de montañas y oscuros asedios nocturnos.