Jeremiah Kipp

Desafortunadamente, la mayoría de los espectadores podrían no relacionarse con esta crisis internacional. Sin embargo, la película incentiva la acción.

Es estimulante, entretenida e inspiradora, cualidades buenas para un documental.

Es hermosa y extraña en toda su cotidianidad sorprendente.

'Grindhouse' es más un homenaje que una reinvención de lo cutre.

Cuando es puramente cinematográfica, está en lo más alto de su categoría.

Las interpretaciones son excelentes y la película es lo suficientemente arriesgada como para no ser catalogada como cine 'cutre'. También demuestra que el buen gusto no siempre se traduce en buenas películas.

Entender el realismo emocional de la obra de Lynch es entender el realismo emocional de la poesía.

Cassavetes no improvisaba y 'Faces' estaba guionizada, pero muchas de las escenas de la película mantienen la sensación de que las conversaciones ocurren justo delante de ti.

Que el clásico de Romero continúe generando emociones tan intensas tantos años después de su estreno es un verdadero testimonio de su impacto.

Demasiado desconcertante para entrar en la categoría de comedias de terror, pero demasiado tierna para ser etiquetada como una película de terror al estilo de 'The Texas Chainsaw Massacre'. En otras palabras, es inclasificable.

Da algo de vida a una franquicia que está estancada.

Este escaparate de divas tiene claro su propósito y destaca en su ejecución.

Centrada en su deseo de complacer a los fans del terror, la película busca replicar los elementos clásicos del género de forma predecible.

Esto no es Agatha Christie. El tono es crudo y morboso, lleno de inseguridad, con escenas de asesinatos que muestran más desnudez de lo habitual.

Es una obra que destaca no tanto por su narrativa o la construcción de sus personajes, sino por la impactante estética visual que logra Béla Tarr.