No se anda con tonterías y se centra directamente en la acción más sangrienta y visceral que podamos imaginar, además de contar con grotescos villanos y confrontaciones entre la vida y la muerte.
El actor australiano Josh Helman hace maravillas imitando los gestos y los gruñidos amenazantes de McLean. Se ofrece una visión reflexiva sobre un héroe local que, aunque no es perfecto, capta la atención del espectador.