Un magnífico documental que nos hace volar junto a las aves migratorias en sus viajes intercontinentales, es el polo opuesto de los largometrajes modernos que dependen de los efectos especiales.
La película sugiere que la vejez no ha de curarse, sino trabajarse con tanta gracia y calma como sea posible. Es una dosis liberadora y lenta de sentimientos sinceros.
La entrega anterior, 'X-Men: Days of Future Past', fue tan fresca y disfrutable como esta resulta incoherente y desalentadora. La vi en el habitualmente irritante 3-D, que no recomiendo. En realidad, no recomendaría verla en ningún formato.
En el juego de las franquicias de Hollywood, las secuelas rara vez alcanzan lo que podrían llegar a ser. Ésta en concreto tampoco, pero es bonita, perfectamente agradable y suficientemente buena.
Una asombrosa combinación de espectáculo, suspense, artes marciales, simpleza sublime, acción antigravitatoria y apasionada intensidad. Pero ante todo y sobre todo, es una gran historia de amor.