La original lidiaba con una colisión entre intelecto, destino y alma, esta secuela se contenta con limitar sus inquietudes a la supervivencia. Quizás Darwin no lo aprobaría.
Aunque entretenida y a menudo genuinamente aterradora, esta densa trama puede ser difícil de asimilar debido a la inconsistente dirección de Tony Maylam.
La película logra mantener un nivel de efectividad a pesar de ciertas ediciones poco hábiles. Craig Baxley, el director, establece un buen ritmo narrativo, mientras que el guion de Walter Doniger se adhiere a la estructura tradicional del género.
El film presenta un universo lleno de decepciones. La aparición de Ra, interpretado por Jaye Davidson, lleno de clichés de ciencia ficción, transforma 'Stargate' de una película cursi a una experiencia completamente absurda.