La narración de 'Tokyo Override' logra mantenerte en vilo y te desafía a estar atento, a veces puede sentirse abrumadora. Sin embargo, la animación, llena de dinamismo, logra equilibrar esta experiencia.
Es angustiosa e incómoda, pero si te preparas para el sufrimiento físico y psicológico de Aronofsky, verás el valiente retrato de Fraser de un hombre con un corazón de leviatán.
El esfuerzo de Fanning convierte la experiencia en una catarsis, especialmente para quienes enfrentan el problema que se retrata. Esto es válido siempre que no te incomode el tono sombrío de la película.
McQueen dirige las secuencias de acción y los momentos dramáticos con gran precisión y detalle. La película es bellamente compleja y logra equilibrar el optimismo y el pesimismo de manera conmovedora.
Elaborar un musical sobre este personaje que combina rasgos cómicos y villanos, y explorar su complejo matrimonio con una autómata, demuestra un asombroso nivel de creatividad.
Esta obra maneja la comedia con delicadeza y el drama con tacto. Su particularidad radica en la forma entrañable en que aborda asuntos complejos como el divorcio y la religión.
La película presenta aspiraciones notables y cuenta con actuaciones prometedoras. Sin embargo, su contenido resulta ser débil, lo que la convierte en una obra poco memorable.