Por muy atractiva que resulte a veces la mezcla, al final parece que a esta película salvajemente excéntrica le falte algo para acabar de infusionarse.
Las traumáticas heridas de la guerra se evocan de forma vívida y, en ocasiones, dolorosa. Sin embargo, ciertos aspectos dramáticos y excesivamente emotivos restan fuerza a la obra en su conjunto.
Un debate sobre responsabilidad social que es sutil, pero interesante. Demuestra que todavía existe nueva energía que extraer del habitual realismo rumano.
Una película puede lograr el verdadero milagro de captar lo más personal y lo que parece sin importancia, y hacerlo de manera completamente natural. Lila Avilés lo alcanza con un estilo elegante y una gran percepción.
Miguel Gomes experimenta con el tiempo y el espacio, combinando elementos de documentales contemporáneos con resonancias del cine de Hollywood de mediados del siglo XX y las narrativas de autores como Joseph Conrad y Somerset Maugham. Es una odisea asiática hipnótica y creativa.
Un drama yemení profundo que trata el tema del aborto con una notable naturalidad. Lo más destacado es el estilo narrativo de Gamal, que resulta ser sumamente sobrio y directo.
El guion de Condon oscila entre la sofisticación precisa y una notable torpeza. Sin embargo, gracias a su impresionante aspecto visual y las magníficas interpretaciones, la película se convierte en una experiencia verdaderamente disfrutable.
Los espectadores que esperen algún tipo de estabilidad narrativa, podrían perder la paciencia. Tiene el problema de que no puede esconder su evidente sobrecogimiento al visitar un terreno sagrado cinéfilo.
Las similitudes y las divergencias entre la lectura en papel y la visualización en pantalla se destacan de forma sutil, generando un efecto estimulante.
Menos sustancial y accesible que sus filmes de 2022, la frágil 'Woo-ri-ui-ha-ru' no atraerá nuevos fans a Hong, pero quienes lo siguen con fervor apreciarán sus sutiles encantos y se deleitarán en desentrañar sus enigmáticas lagunas.
Las credenciales de Manna como artista visual son evidentes. La banda sonora de Becker, con su originalidad y ritmos creativos, enriquece la experiencia de un documental que se presenta de manera artística y provocativa.
Se debe reconocer a Puiu por crear su obra bajo su propia perspectiva, aunque es un desafío determinar con exactitud cuáles son esas características. Resulta ser una experiencia visualmente desconcertante.