Las interpretaciones son acertadas, pero están al servicio de una narrativa repetitiva y predecible que difícilmente logrará captar la atención de la mayoría de los espectadores.
Con sus personajes tridimensionales, sus temas espinosos de disparidad de clases y corrupción religiosa, sus batallas cinéticas y sus terrores macabros, es una serie imprescindible para los fans de la serie anterior.
Una celebración vibrante y acogedora de la diversidad cultural y narrativa africana, presentada con gran energía y seguridad por un sinfín de talentosos estudios y artistas.
A los fans de la primera temporada, que seguro que habrá muchos, les encantaría explorarla si 'Akuma Kun' estuviera dispuesta a llegar a un acuerdo con ellos.
La segunda temporada continúa de manera directa lo que se desarrolló anteriormente. El anime se beneficia de no haber asentado aún sus fundamentos, a pesar de que sigue abarcando una gran cantidad de contenido.
Parte de una premisa que merecía más atención, pero se aborda con una ligereza excesiva, lo que la lleva rápidamente a convertirse en un culebrón absurdo.