Sólida puesta en escena e interpretación en esta producción ruso-lituana que no escatima momentos de gran dureza al mostrar la vida en una granja dedicada a la preparación de perros de caza.
La ruptura familiar derivada de la separación de los padres es el eje central de esta película, presentada en un tono ligero y algo predecible. No resulta ofensiva, pero tampoco ofrece algo significativo.
Pequeña, muy pequeñita primera película de Celia Rico y, sin embargo, espléndido trabajo de la cineasta y muy especialmente de Lola Dueñas y Anna Castillo.