Uno de esos productos que no deben pasar desapercibidos. Más allá de la calidad de la producción llevar al gran público una historia así no sólo reconforta y te reconcilia con el ser humano, si no que debería ser un ejemplo a seguir.
La puesta en escena es elegante, pero nada ampulosa, el diseño de producción al más puro estilo inglés (nada queda al azar) y los diálogos no sólo están bien elaborados, sino que están al servicio de la interpretación, y no al revés.
Un thriller oscuro en el que el aroma resulta letal. La trama está llena de sutilezas y detalles; una visualización superficial de la serie puede provocar decepción. Es recomendable tomar el tiempo para disfrutarla, reflexionarla y saborearla.
Ciencia ficción de saldo. Tiene evidentes trazas de un producto de poca calidad: una historia trillada, personajes insípidos y una realización demasiado simplificada.
La impresión que generan los dos primeros episodios es la de un grupo atado de manera estricta, donde los personajes y las historias parecen estar encaminados hacia un destino definido. Es un enfoque común, pero desearía que fuera abordado de una manera más sutil.
Incomprensible cóctel indio. Me evoca más a los libros de Los Cinco, Los Tres Investigadores o Los Hollister. Si tengo que elegir, en esta ocasión, prefiero leer.
Una de esas rarezas que, de tanto en tanto, surgen en la programación aportando una brisa renovadora. No es una propuesta que agrade a todos: en ocasiones impactante, en otras cautivadora, frecuentemente silenciosa y repleta de simbolismo.
Un thriller con elementos de terror psicológico. La cuidada y hermosa fotografía te sumerge en este mundo, complementada por la perturbadora música de Mokadelic.
Presenta una narrativa que transcurre en menos de 24 horas. Es como una versión de "24" con un tempo más tranquilo, pero lejos de resultar tediosa, tiene una fuerte influencia teatral.
