Una poderosa reflexión cinematográfica sobre la muerte de la infancia. El guion señala subtramas sin brindar una evolución real hasta los minutos finales. A pesar de ello, es un film que contiene ideas y recursos valiosos.
Los elementos no acaban de encajar entre sí, con personajes que carecen de profundidad. Estos son lastres que afectan la película, aunque se nota el potencial de la cineasta para extraer fuerza de sus imágenes.
Es una cinta poderosa cuando se mantiene en la sobriedad, pero pierde fuerza cuando el cineasta busca exagerarla. Sin embargo, destaca la profundidad de su reflexión y la manera en que se manifiesta a través de imágenes muy expresivas.
El cineasta, con su planificación pausada, contempla cada rincón nocturno y extrae de los lugares aparentemente comunes un misterio y una fuerza sorprendentes.