Una obra remarcable que confirma el talento que Kulumbegashvili demostró en sus cortos. Un film que merece ser visto y debatido y que debería ganar premios.
Duma tiene un ojo cinematográfico y sabe manejar a las jóvenes actrices, pero lo más importante es que genera empatía por sus arquetípicas adolescentes.
Las actuaciones son complementadas por una hermosa fotografía. No obstante, es un viaje en coche que se detiene en un atasco, pues empieza a introducir temas sobre el fin de la vida y más personajes.
Es inusual ver tanto apoyo entre mujeres en la pantalla, incluso cuando la historia deriva hacia el territorio de la rivalidad. Volpé será una nueva voz cinematográfica.
Perelman ha conseguido hacer una película muy disfrutable. Presenta elementos que evocan las antiguas películas de guerra británicas, combinando hábilmente una trama cómica con el conflicto.
La convicción religiosa se vuelve una virtud y algo poderoso, especialmente gracias a la estética y al ritmo de Malick, que enseñan al mundo a detenerse y a dedicar tiempo para la contemplación en la iglesia del cine.
Una película de guerra centrada en los sentimientos que marca el esperado regreso de Bartas, aunque no logra alcanzar las mismas cotas de calidad que sus obras anteriores.
A Boumédiène no le interesan los hechos de la guerra, sino producir un drama psicológico sobre los efectos de la violencia en la sociedad. Es simplemente impresionante.
Convincente y encantadora, es la película de Waititi más accesible y convencional hasta la fecha, y mezcla con éxito chistes divertidos con crítica social de actualidad.
Temple rinde homenaje al cantante de The Pogues con un documental que posee la energía alcoholizada que caracterizó a su protagonista. Es un auténtico logro en el uso de material de archivo.