Jonas Alarik realiza una labor destacada, logrando que la cámara fluya de manera natural. Esta película no solo se distingue por su enfoque singular, sino que su complejidad va más allá de eso.
Burns logra transmitir una profunda incomodidad y frustración al público, reflejando la experiencia de Colm. Es una película que permanece en la mente mucho tiempo después de verla, ganando fuerza con cada reflexión.
La historia aborda temas profundos pero lo hace con un estilo moderno y cautivador, logrando resolver sus conflictos de manera sutil y sin ser demasiado severa.
El uso de un lenguaje poético excepcional en esta obra la eleva a un nivel épico. A pesar de la melancolía de su narrativa, logra transmitir la esencia de una obra maestra de la literatura persa.