Lo más interesante de ella es su carencia total de cualquiera de las cosas, desde humor a emoción, o unas interpretaciones medio decentes, por las que solemos ir al cine.
Los Farrely han demostrado una falta de ingenio notable en su trabajo, y 'Yo, yo mismo e Irene' claramente se sitúa en el extremo más bajo de su carrera.
Aunque muestra destreza con los efectos digitales y las secuencias de acción, Bay no logra que los personajes humanos sean memorables. Las tramas de 'Transformers' resultan monótonas y sin interés.
Aunque resulta un poco extensa y compleja en algunos aspectos, al igual que su anterior entrega, conserva un ingenioso humor que invita a la relajación y muestra una imaginación muy bien trabajada.
El casting del nuevo Shaft es acertado. Sin embargo, es una pena que el resto de la película no logre mantener el mismo nivel de interés que su actuación.
El argumento resulta tedioso y las escenas de tiroteo son convencionales, lo que hace que, a pesar de contar con tres 'Shafts' en acción, la película no logre despegar y se sienta pesada.
Lo que destaca en 'Ran' es la manera en que el drama y el espectáculo se complementan mutuamente. Son pocos los cineastas que logran, como Kurosawa, expresar tanto lo íntimo como lo épico en una obra.
Envolvente y provocativa, esta obra se destaca como un misterio de gran calidad que invita a reflexionar sobre la identidad, la personalidad y la propia naturaleza de la realidad.
A pesar de que el desenlace no satisface, las secuencias previas, en particular las ambientadas en Vietnam y el asalto de los UniSols en Hoover Dam, son muy bien realizadas y resultan visualmente atractivas.