Duris y Mackey tienen mucha química. Su conexión resulta honesta, íntima y humana, a diferencia de la película, que se esfuerza por ser épica pero que, en cambio, resulta poco elegante.
Muy a menudo 'Cuerpos especiales' es sólo una estupidez divertida, que nos lleva a McCarthy. Ella interpreta a una Mullins tan deliciosamente desquiciada y radiante de ira, que resulta irresistible.
La tensión es suficiente para ponerte un poco enfermo, y el estado de ánimo general de la cosa es profundamente desalentador, pero nadie dijo nunca que la guerra no fuera un infierno.
Es impresionante lograr completar una película con 250 horas de material. Sin embargo, la cercanía no siempre garantiza que se alcance una verdadera profundidad.
Soderbergh intenta convencernos de que esto es genial, pero en verdad resulta incómodo, como un momento de egoísmo en una trayectoria que generalmente es fascinante.
Los actores son talentosos y merecen un equipo de mayor calidad. Aunque los detalles son secundarios, es importante mencionar que la película falla en ofrecer una trama de espionaje creíble.