Aunque visualmente atractiva y seductora, su aislamiento y auto-absorción se perciben más como una violación que como una celebración de las vidas de dos de los más destacados sensualistas de la literatura.
Narra los hechos, pero no les da mucho sentido. A pesar de la presencia de Catherine Keener como el monstruo, este drama deprimente, pero no fascinante, tendrá poco impacto en el cine independiente.
El film se presenta como un melodrama que evoluciona hacia un thriller de venganza. Cuenta con buena tensión, humor y elementos convincentes. Sin embargo, se siente como un relato más simple y efectista, careciendo de la profundidad emocional del libro original.
Lo que debería haber sido una historia inspiradora sobre la fortaleza y el coraje frente a la tragedia que aturde la mente, se convierte en un compendio de clichés deportivos.
El tono de la obra no logra ser el adecuado, la tensión resulta insostenible, los diálogos suenan poco naturales y los personajes carecen de desarrollo.
Una película inteligente que debería haber sido más inteligente. La energía del reparto y la inmersión en un mundo poco explorado, hacen que la película resulte bastante adictiva.
Una templada e imparcial, quizá demasiado tímida, película sobre unos convulsos tiempos en Sudáfrica. Es un placer encontrar una película que realmente habla de algo.
La película es tan inteligente y sofisticada que te preocupas, ligeramente, de que quizá sea demasiado inteligente para conectar con una audiencia general.
Nine presenta un elenco impresionante de grandes actores y talentosos cantantes que se ven subutilizados en esta adaptación del musical de Broadway. La historia no logra sumergirnos en la mente del protagonista, quien parece atrapado en un dilema entre tener demasiadas mujeres o lidiar con un exceso de números musicales sin justificación.
La película es tan condenadamente pasada de rosca en cualquiera de sus aspectos que no puede evitarse admirar a Aronofsky por atreverse a ser tan, tan absurdo.