Un drama que refleja la percepción que puede tener una persona mayor sobre los jóvenes. Es una recopilación algo aleatoria y excesivamente solemne de los recuerdos de los veranos adolescentes.
La 'salvaje' película universitaria 'Noche de marcha' parece estar dirigida a un público con un coeficiente intelectual muy bajo. Sin embargo, el hecho de que una comedia sea tonta no significa que sea divertida.
Le cuesta demasiado arrancar y no tiene un final propiamente dicho. Pero entremedias y por un buen rato, es un pequeño y tierno retrato de la fragilidad adolescente.
Un clásico juvenil para disfrutar con amigas, al igual que "Bring It On" y "10 razones para odiarte". Esta comedia estudiantil debería catapultar a la joven Brittany Snow, al igual que lo hicieron las otras con Kirsten Dunst y Julia Stiles.
'The Wrestler' ofrece una mirada cruda al mundo de la lucha libre, reflexionando sobre la lucha interna de los personajes. Por otro lado, 'Crazy Heart' brilla con una humildad excepcional, presentándose como una película íntima realizada con gran elegancia.
Cada escena tropieza con un inspirado detalle absurdo o una crujiente trocito de diálogo que encapsula el extraño sabor de autodestrucción de Chinaski.
Josh Radnor guarda un parecido con Woody Allen, aunque a falta de su talento. La película carece de momentos cómicos que alivien los silencios torpes que siguen a los intentos de brillantez de Radnor.
Se trata de un sketch de un solo chiste que trota en línea recta, y su disfrute dependerá enteramente de cuántas veces necesite ver a ovejas gonzo arrancar entrañas humanas.
Con su sensibilidad hacia lo bello y lo feo, la película nos lleva a un mundo inexplorado, lleno de una riqueza que es cada vez más escasa en el cine actual.
Woody Allen ha realizado 46 películas, he visto todas y no estoy seguro de quién está más agotado por ello. Lo que sí es claro es que tanto él como yo pronto olvidaremos 'Café Society'.